Nelson Ponce desencadenado

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Intervención de Nelson Ponce en La Marca. Foto Racso Morejón
Intervención de Nelson Ponce en La Marca. Foto Racso Morejón

Cabezas sin cuerpos y sin títulos. Por todos lados colgadas. De monstruos, animales, personas. Cabezas que Nelson Ponce dice que son cabezas pero vaya usted a saber qué parecen algunas. Todo eso encontrarás entre las descargas gráficas que uno de los diseñadores cubanos más notables de hoy mismo ha hecho públicas en La Marca, singular taller de tatuajes anclado en La Habana Vieja.

Nelson Ponce marcadamente feliz frente a su exposición. Foto Racso Morejón
Nelson Ponce marcadamente feliz frente a su exposición. Foto Racso Morejón

La exposición se llama, y no podía ser de otra manera, Cabeza Loca. Es remanente de un libro homónimo impreso por la editorial alemana Magma que da cuenta de los dibujos realizados por Nelson Ponce durante años, una corriente sumergida de su copiosa y reconocida producción como ilustrador de libros, pero sobre todo diseñador de carteles.

Raúl Medina constatando el otro lado del diseñador. Foto Racso Morejón
Raúl Medina constatando el otro lado del diseñador. Foto Racso Morejón

“Guardo todo. Revisando en casa me di cuenta que tenía muchas representaciones de cabezas y cabezas y cabezas, no sé por qué. Parece que para mí el ser humano es muy importante, y el pensamiento, la reflexión, por eso represento muchas testas en diferentes situaciones”, me dice quien difunde por primera vez sus “imágenes más íntimas”.

Las mostradas en la galería de La Marca, hasta finales de agosto próximo, se esparcen en cuarenta piezas de pequeño formato, y un mural creado sobre una de las paredes. Son obras de gran intensidad cromática, en las cuales deambula por la abstracción, el expresionismo y el surrealismo (incluido un homenaje explícito a Francis Picabia). Muchas sugieren microhistorias sintetizadas en frases escritas con sentido del humor, en las cuales se advierte a un artista atento a la cultura popular.

Asistentes admirando la obra de Nelson Ponce. Foto Racso Morejón
Asistentes admirando la obra de Nelson Ponce. Foto Racso Morejón

El gesto de Nelson Ponce se completa acertadamente al escoger La Marca como espacio para mostrar sus intimidades creativas. Por estos días, también expone carteles de cine en el Museo Nacional de Bellas Artes, pues integra una exhibición colectiva (La Memoria Diseñada); pero él procura no despegar los pies de la calle y por eso se fue al estudio de tatuajes para descubrir a los públicos su faceta más alternativa, mediante estos “bocetos, dibujos, refecciones internas, divertimentos”.

Además, regaló diez diseños que fueron sorteados durante la inauguración, para grabarlos sobre la piel de los ganadores, como un destello perpetuo del día que Nelson Ponce decidió someter al escrutinio público sus ocurrencias más espontáneas, no sujetas al pedido de una institución o la necesidad de publicitar una campaña específica.

Además, regaló diez diseños que fueron sorteados durante la inauguración. Foto Racso Morejón
Además, regaló diez diseños que fueron sorteados durante la inauguración. Foto Racso Morejón

 

Como su creador nunca tuvo la idea de exponerlos, la mayoría de los dibujos rezuman un saludable desenfado. Fueron concebidos en las pausas de su trabajo habitual. En ellos experimenta, ensaya ideas que luego podrán ser reproducidas como elementos de sus carteles e ilustraciones.

Nelson Ponce decidió someter al escrutinio público sus ocurrencias más espontáneas. Foto Racso Morejón
Nelson Ponce decidió someter al escrutinio público sus ocurrencias más espontáneas. Foto Racso Morejón

El encanto principal de Cabeza Loca es la posibilidad de constatar el otro lado del diseñador, a veces perverso y procaz, libre y salvaje.

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