Un cubano neoyorkino en la cima del diseño gráfico

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En el año 2006 la importante revista de comunicación visual CommunicationArts decidió echar una mirada al diseño gráfico cubano, por lo que varios grafistas tuvimos sorpresivamente la oportunidad, remota en aquel momento, de que nuestra obra pudiera ser reseñada a una escala importante. Como se sabe, la presencia del diseño gráfico de la isla en publicaciones especializadas de esta envergadura es extremadamente escasa.

Con el número ya en nuestras manos, recibimos el tremendo impacto de la portada. El autor no pertenecía a nuestro círculo profesional en Cuba y desconocíamos su muy reconocido trabajo para importantes publicaciones de Nueva York.

Algunos, los que tenemos buena onda, sentimos orgullo de ese cubano que estaba jugando en las grandes ligas. Pasó algún tiempo hasta que pudimos conocerlo personalmente en casa de un amigo. Luego de varios encuentros en La Habana y en Nueva York ha crecido una empatía entre algunos diseñadores cubanos y Edel, porque además de ser un gran ilustrador y diseñador, es una persona excepcional. Ahora aprovecho este espacio para lanzarle algunas preguntas.

Edel Rodríguez en Cuba

¿Ser cubano ha condicionado tu obra?

La tierra cubana la tengo metida en la planta de los pies y eso nunca se quita. Ser cubano ha condicionado mis obras desde la Universidad hasta ahora. En la Universidad en Nueva York, todas mis pinturas e instalaciones trataban sobre la situación cubana y la historia de mi familia.  Cuando he ido a Cuba algunos me han preguntado si todavía soy cubano. Mi respuesta es que si no soy cubano, ¿entonces qué soy?

¿Tienes alguna influencia de eso que llaman ‘escuela del cartel cubano’?

Me parece que los elementos gráficos del país han tenido alguna influencia, incluyendo la gráfica de los carteles. Creo que siempre se ha mantenido conmigo. Yo tenga muchos familiares en Cuba y he seguido visitando la isla. En algún momento me di cuenta de que existía alguna conexión entre mis obras y la gráfica  cubana y me puse a estudiar más el porqué. Esto incluye las conexiones que todos los artistas gráficos cubanos tenemos con la gráfica polaca, rusa, y con artistas de serigrafía americana.

¿Cómo definirías tu estética? ¿Tienes algún principio o motivo que mueva tu trabajo? 

Lo más importante es el impacto.  Como artistas tenemos un poder muy fuerte.  Cuando yo quiero comunicar algo, quiero que sea bien entendido, con poca duda. Todo eso trato de hacerlo con colores y una gráfica simple y fuerte.  Quiero que parezca que lo que he hecho siempre ha existido, como una cosa que cayó del cielo.  Que yo lo haya logrado yo, o la técnica, no me importa, lo que me importa es la emoción y el impacto. Después que la termino, la obra es como a un hijo que le diste vida, y por ahí anda buscando lío.

¿Cómo describirías la evolución de tu obra y con qué parte de tu trabajo estás más satisfecho?

Yo estudié pintura, escultura y el arte de la instalación. Mis obras eran más abstractas en un principio. Con el tiempo, las ideas y la comunicación son ya más directas. En sus formas también. Mis dibujos antes tenían mas atmósfera, eran más suaves.  Creo que cuando somos jóvenes queremos enseñar al público que sabemos hacer muchas cosas con la técnica. Mucho de eso ha desaparecido y ahora la técnica es más simple.

Me satisface particularmente el impacto que algunos dibujos han tenido.  Hoy en día, cuando tantas cosas son tan complicadas, entre animación, la Internet, cosas interactivas, etc., ver que algunos piezas que ni se mueven han despertado tanto interés, me da fe en el arte simple del dibujo.

En el 2014 el público cubano tuvo la posibilidad de ver tu trabajo de cerca a raíz de una exposición que hiciste en Casa de las Américas. ¿Qué significado tuvo para ti?

Para mí ha sido la exposición más importante que he tenido, por varias razones. Esa fue la primera vez, después de 35 años, que mis amigos y familia en Cuba pudieron ver mi trabajo. También fue la primera vez que llevé a mis hijas a Cuba. Todo tenía un significado personal irrepetible en otras exposiciones. Presentar delante del público cubano, tener una charla, y ver cómo se interesaban en la información que les transmitía fue muy especial.

Obra a cuatro manos entre Edel Rodríguez y Nelson Ponce, entrevistado y entrevistador.

Tu obra rebosa ingenio y compromiso. ¿Has trabajado alguna vez para algo en lo que no crees?

No, si yo estoy contra algo que no creo entonces le digo al cliente que no tengo interés.   Pasa poco, pero sí ha pasado.

Has trabajado para grandes clientes e importantes instituciones. ¿Qué te falta por hacer?

Ahora tengo interés en cosas visualmente más grandes. Un sueño es crear el escenario y vestuario para una ópera o ballet. Instalaciones, murales o esculturas. Trabajos que de alguna manera sean más interactivos.

¿Cómo ves el panorama del diseño gráfico en Cuba hoy? ¿Qué es lo que más te sorprendió de la escena artística en Cuba durante tus visitas y contactos con diseñadores de la isla?

Me encanta el espíritu y el trabajo de los diseñadores cubanos. Me gusta cómo cada uno mantiene su forma de ser, su estilo. Y también la forma en que la tradición gráfica se ha mantenido. En muchos otros países los diseñadores se han involucrado en técnicas digitales, esto y aquello, que yo creo que disminuyen el toque personal. En Cuba, se ve el espíritu del artista en los diseños, algo que me encanta.  Me sorprendió la manera en que los diseñadores se mantienen viajando, dando charlas, etc., es una cosa bien buena. La falta del acceso al Internet me sorprendió también, es algo que ayudaría a los diseñadores a crecer mucho.

Edel Rodríguez junto a un grupo de diseñadores cubanos en Casa de Las Américas

¿Le darías algún consejo a los jóvenes diseñadores cubanos?

Mi consejo es que sigan trabajando, que el trabajo es el que da el resultado.  Si no hoy, entonces mañana, o en diez años.  Ser artista es de por vida, y aunque no tengas las oportunidades hoy, algún día las tendrás, pero tienes que estar preparado.

¿Hay algún recuerdo, alguna imagen, algún color que te haya marcado de tu infancia en Cuba y que te acompañe hasta hoy?

El color de mi infancia es la tierra roja de mi pueblo. La tierra roja del cañaveral, corriendo en el fango rojo de las zanjas entre las matas de plátanos, ese tierra y polvo rojo metido en todo. Uso mucho el color rojo en mis obras, y esa es la razón. Soy guajiro, y orgulloso de serlo.

  • Edel Rodríguez: Diseñador cubano, graduado en el Pratt Institute de Nueva York en 1994, emigró a Miami junto a su familia durante el conocido éxodo de Mariel. Ha expuesto su obra en Los Ángeles, Nueva York, Filadelfia, Dallas, Toronto y España. Sus pinturas son habituales en portadas como ‘TIME’, ‘Newsweek’, ‘The New Yorker’ y ‘The New York Times’.
  • Nelson Ponce: Diseñador cubano, graduado del Instituo Superior de Diseño de La Habana y Premio Nacional de Diseño del Libro (2013). Ha trabajado en Casa de las Américas y su obra ha sido expuesta en países como Estados Unidos, España, Italia o Brasil.

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